lunes, 23 de abril de 2012

El parto, cuando llegó el momento S

 

Photo Buch: So schön Mama. Mein Baby-Tagebuch Silke Schmidt

Noche calurosa de agosto, me desperté con molestías , dolores de regla muy leves.
Salí a la terraza a mirar la luna, como una excéntrica a media noche, y me volví a la cama.
En ese mismo momento comenzó el momento S. Sobre las 6.00, un sonido fuerte ¡¡ gluppp!! indicadaba claramente: había roto aguas. ¡opsssss !! Vikingo se levantó de la cama como un muelle, nunca he visto nada igual.
¿que pasa , que pasa? (con cara de susto) y yo a la mio hablando sola - tengo que mirar el color de las aguas, el color de las aguas !! me fui corriendo al baño, me autotranquilicé eran claras, de momento todo iba bien.
No tenía miedo, ni dolor, ni estaba nerviosa. Sabía que había llegado el momento más importante.
Con una tranquilidad que ni yo misma me estaba reconociendo, me duche, lo confieso me repase piernas y demás con la cuchilla ¡¡  esto tiene miga !! apenas me podía mover y menos agachar. Estuve a puntito de maquillarme (nunca sabes a quién te puedes encontrar por el camino), pero el Vikingo ya estaba bastante escandalizado de mis frívolas actuaciones.
Bebí un poco de zumo, pero no comí nada. Es importante tener fuerzas para empujar,pero a mi no me entraba nada.
Preparé la canastilla y el trolley en la puerta, en ese momento me di cuenta que no había acabado de preparar mis cosas.
¡¡ me cachis!! el día anterior había pensado, de mañana no pasa... pues eso de mañana no pasa y además de verdad.
El vikingo estaba como una estatua de cera en la puerta rodeado de bártulos y metiendo premura: Mein Gott! vamos al hospital..., - natürlich querido, natürlich y seguía dando vueltas por la casa como una lunática, -solo me falta regar mis plantas.
Llegamos al hospital, una comadrona vestida con camisola y pantalón azul y llenita de pulseras de colores y añillos XXL me atendió.
Me realizó una primera exploración, literalmente vi las estrellas. Estaba de 5cm y con cuello de útero borrado.
Le pregunté pero estoy de parto? Me contestó - y tanto chica y tanto.
Me desvestí con su ayuda y me puse una bata blanca al reves, nos fuimos entonces a una habitación de dilatación.
Al cabo del rato entró el anestesista, se presentó – buenas, soy J. el anestesiólogo, no tendría más de 27 años y era rubio de ojos azules, como un querubín.
Al verlo pensé (ehhh¿? Este chico me va poner la anestesia.-) , estaba desconfiando, asi que le dije -creo que me pondré la anestesia más tarde, gracias-
Se marchó, y cuando pasaron un par de minutos, entró la comadrona jefe, era "Misery" una señora grande y robusta , solo le faltaba la cofia, y su voz era dura y masculina.
Comentó – Cómo que no  quiere ponerse la epidural?
-Te vas a poner la epidural si o no? ¡¡ cuánta dulzura, si señor!!
Le contesté – mejor más tarde…
Entonces le dijo a J. pues nada vámonos. En ese momento se me encendió como una luz en la cabeza (recordaba las conversaciones con mi madre, siempre me decía que los últimos momentos eran los peores, osea se refería al momento del expulsivo).
Asi que, cuando estaban cruzando el arco de la puerta, alce la voz, - perdón… ejemm he cambiado de idea, quiero ponerme la epidural YA-
Pero la verdad es que no tenía ningún dolor, pensé o me la pongo ahora, o ya me podía olvidar.
Pude escuchar como la enfermera jefa y la comadrona comentaban en voz baja. – está chica está muy fresquita (¿me querrían dejar drogui para que no molestara?)- y me preguntaron : oye reina tus reglas son dolorosas, verdad? – les dije…. si, si…
Entonces como si un vendedor de artículos de bazar se tratará, entro el anestesista y su ayudante con un carrito lleno de cosas.
Primero me puso el catéter, me dijo no mires, no mires… pero la curiosidad me pudo, y vi una mancha roja en las sábanas… agrrrrrrrrrrr!!, ayaya pensaba para mis adentros que miedo tengo, tendrá este chico más experiencia ..agrrr!

Cuando acabó se despidió amablemente y me deseó mucha suerte, la verdad es que no dolió nada, apenas sentí el pinchazo, lo hizo muy bien.
Después volvió a entrar mi comadrona, está vez acompañada de la gine, me dijo – mira, está será tu ginecóloga, se llama P.
Al verla.. no me lo podía creer… ehhhh.. pero si era una cria , un miedo me recorrió por el cuerpo, y me notaba sudores frios. Veía espátulas, fórceps y pinzas por todas partes. Me hicieron las dos un tacto, se agradece la epidural, porque ya no fue tan doloroso.
(Inciso: después de pasarme horas en la sala de espera para las revisiones por el famoso Jefe de Ostetricia y Frauenarzt, el Herr Doktor no estaba, ni vino. " Y no estaba alli, no no .. que estaba de parranda.. no estaba alli que estaba tomando cañas..." )

La verdad es que llevaba una muy buena dilatación, pero al ponerme la epidural, tengo la sensación que el proceso se ralentizo.
En el último tacto,  la comadrona me dijo que gritara con ella, esto va por la suegraaaa !!!! tengo que decir que me reí bastante, a pesar de las molestias. A Vicky se le puso cara de Kartoffel. 


A todo esto comentar, que se escuchaban gritos desgarradores de otras mujeres y al cabo de un buen rato llantos de bebé, no tranquilizaba mucho.

Al ratito comencé a notar contracciones que venían de los riñones hacía delante, era un dolor que nunca antes había experimentado, pero muy parecido a los dolores de regla.
Mandé al husband a buscar al anestesista porque la cosa iba in crescendo, era totalmente soportable, pero no tenía yo ganas de experiementar. Al parecer la epidural había dejado de hacer efecto ¿tan rápido? Solo me duró dos horas. 
Me costó convencerles que me pusieran más. Ya estaba de 10 cm y con necesidad de empujar, lo sentía todito. Querían meterme en la sala de partos directamente.
Pero me puse insistente y me suministraron más calmante.
Todo fue tan rápido que enseguida estaba con las piernas en los estribos y comenzaba la fiesta.

Realicé tres pujos , el primer pujo lo hice mal, el segundo pujo lo volví a hacer mal (empujaba con la cara.. parecía que hacía flexiones jejeje), entonces la comadrona me dijo – a ver que no te estás centrando!- entonces sequé mis manos en el camisón y me agarré fuerte a los estribos, y empujé… ese tercer pujo fue el definitivo.
De repente estaba fuera, es inexplicable lo que sentí, me sentía como confundida, emocionada, asustada, abrumada.
S tenía un color como azulón morado, la pusieron encima mio, la cogí con mis brazos y nos miramos - yo sé que pensó lo mismito que yo -nena lo hemos hecho genial-



Mi Schatzi rompió a llorar enseguida, era un llantito suavecito (pensamos, vaya que tranquilita es... ayay como nos equivocamos).
El proceso de parto duró aprox. unas 5 horas, desde la rotura de la bolsa. Realmente no tengo una mala experiencia ni un mal recuerdo.
Fue el día que cambió mi vida.



No hay comentarios:

Publicar un comentario